Se interrogaba esta mañana Josep Cuní en su estupenda tertulia televisiva acerca de la oportunidad de las declaraciones que el portavoz adjunto del PSC en el Parlament, Joan Ferran, concede hoy a El Periódico. El socialista se queja del excesivo nacionalismo que, a su juicio, destilan los programas de TV-3 y Catalunya Ràdio, poniendo como ejemplo el hilarante y recurrente uso del eufemismo Estat espanyol en sustitución de España, vocablo tremebundo que algunos insisten en evitar, por razones si no declaradas, sí más que evidentes.
Al margen de lo atinado de algunas de las aseveraciones de Ferran, encuentro su tono, en general, algo exagerado, por no decir alarmista. Me desayunaba yo con mis disquisiciones al efecto cuando la abogada Gemma Calvet ha intervenido rauda para introducir un certero dedo en la llaga, ilustrando la jurista su argumentación con un ejemplo iridiscente: puede ser cierto que en Catalunya se hable poco de España, pero no lo es menos que, en el conjunto de España, existe aún menos conciencia de Estado español, quizá por la asunción de la inquietante pluralidad nacional que ello implica.
Reconociendo en nosotros, catalanets, lo que haya que reconocer, no hay nada más noble que dar la razón a quien, a todas luces, la tiene.
Le disciple du Gainsbarre, 04-12-2007.
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