Noir c'est noir

Posted by : Le poinçonneur | 30 abr 2010 | Published in

Johnny Hallyday, Philips.

Lo estás haciendo muy bien*

Posted by : Le poinçonneur | 29 abr 2010 | Published in

Ahora te debes callar
y vas a saborear
el exquisito manjar
que pongo en tu boca.
Sé que me harás disfrutar
y que te vas a esmerar,
como siempre lo harás,
muy bien, muy bien.

Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien, muy bien.

Pero cariño, no pares, tú sigue y no hables,
que Dios te lo pague, que lo haces muy bien
y mientras yo me concentro,
chúpala más adentro,
ya llega el momento y lo has hecho muy bien

Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien, muy bien.

Pero cariño no pares, tú sigue y no hables,
que Dios te lo pague que lo haces muy bien,
y mientras yo me concentro,
chúpala más adentro,
ya llega el momento y lo has hecho muy bien.

Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien.
Lo estás haciendo muy bien, muy bien, muy bien.

Semen-Up, Nuevos Medios.

*Con la derrota del Barça ante el marrullero Mourinho en la garganta, no puedo más que optar por algo festivo que me alegre la entrada al jueves. Ayudado por la botella de vino turbio que acabo de meterme entre pecho y espalda -las penas, ahogadas, siempre fueron menos-, busco consuelo en el canallismo del imprescindible Alberto Comesaña. Quiera Dios que lo encuentre. Hasta mañana.

¡Basta!

Posted by : Le poinçonneur | 28 abr 2010 | Published in

Fille

Posted by : Le poinçonneur | | Published in

Señora estupenda, estupenda señora*

Posted by : Le poinçonneur | 27 abr 2010 | Published in

*A veces, los premios se dan a quien los merece. En la fotografía, la enorme Charo López, Premi Sant Jordi de Cinema 2010. Desde aquí, fieles y devotas felicidades.

FOTO: LUIS SEVILLANO/EL PAÍS.

L'Oiseau Blanc*

Posted by : Le poinçonneur | 26 abr 2010 | Published in


Plaqués sur leur siège, les passagers resentent una puissante accelération. Sous les 70 tonnes de pousée de ses quatre Olympus, Concorde s'elève. Tres ràpidement, la postcombustion est coupée por respecter les procédures antibruit au-dessus des villes. Le nez est repositionée dans l'axe du fuselage. Moins de quinze minutes après le décollage, le supersonique passe Le Havre à environ 9.000 mètres. Concorde s'éloigne vers le large. La postcombustion est rallumée.

Le machmètre s'emballe: 0,97...0,98...0,99. Moment critique. Concorde atteint Mach 1, la vitesse du son. Et il ne se passe rien...à la grande deception de certains passagers. Aucune secousse, aucun bang sonique audible dans l'avion. Quelques passagers applaudissent. L'accéleration de l'appareil tend à modifier l'equilibre entre le centre de pousée et le centre de gravité, et donc a faire piquer le nez de l'avion. Pour compenser l'assiette de Concorde, le mécanicient navigant doit mantenir un équilibre entre les différents réservoirs. À ce moment précis, il bascule 10 tonnes de carburant de l'avant vers l'arrière de l'appareil. Ce rééquilibrage est mantenu pendant toute le durée du vol à vitesse supersonique. Concorde accélere encore et continue a s'élever à mesure qu'il s'allège en carburant. L'avion passe Mach 2 une heure après avoir décollé. Il se déplace aussi vite qu'une balle de fusil.

Concorde. Fréderic Beniada y Michael Fraile. EpA/Hachette-Livre, 2005.

*Desde que tengo uso de razón, el BAC-Aérospatiale Concorde ha despertado en mí una fascinación equivalente a la maravilla de sus soluciones técnicas, aún inigualadas a casi medio siglo de su concepción inicial. Por velocidad, diseño y elegancia, el viejo pájaro blanco merece lugar de honor en el corazón de cualquier aficionado a la aviación. Qué mejor manera de glosarlo que con un fragmento de la excelente monografía que el piloto Fréderic Beniada y el fotógrafo Michael Fraile le dedicaron hace unos años. Vayan estas líneas, de paso, en recuerdo de las víctimas de la tragedia del 25 de julio de 2000, de la que pronto se cumplirá una década.

El libro, por cierto, me lo regaló mi mujer, sabedora de mi obsesión, el año pasado, después de un viaje a Sudáfrica en que hizo escala en París-Charles de Gaulle. Uno más de los miles de detallistas motivos por los que, de mi rubia, y después de tres lustros, sigo no ya enamorado, sino perennemente atontolinado.

Margot*

Posted by : Le poinçonneur | 25 abr 2010 | Published in

Desde lejos se te embroca, pelandruna abacanada,
que naciste en la miseria de un cuartucho de arrabal,
pero hay algo que te vende, yo no sé si es la mirada,
la manera de sentarte, de charlar o estar parada,
o ese cuerpo acostumbrado a las pilchas del percal.

Ese cuerpo que hoy te marca los compases tentadores
del canyengue de algún tango en los brazos de algún gil,
mientras triunfa tu silueta y tu traje de colores
entre risas y piropos de muchachos seguidores,
con el humo de los puros y el champán de Armenonvil.

Son macanas: no fue un guapo haragán ni prepotente,
ni un cafishio veterano el que al vicio te largó;
vos rodaste por tu culpa, y no fue inocentemente:
¡berretines de bacana que tenías en la mente
desde el día en que un magnate cajetilla te afiló!

Aún me acuerdo: no tenías casi nada que ponerte;
hoy usás ajuar de seda con rositas rococó...
¡Me revienta tu presencia, pagaría por no verte!
Si hasta el nombre te has cambiado como cambiaste de suerte:
ya no sos mi Margarita... ¡ahora te llaman Margot!

Ahora vas con los otarios a tirarte de bacana
a un lujoso reservado del Petit o del Julien;
y tu vieja, pobre vieja, lava toda la semana
pa' poder llenar la olla con pobreza franciscana
en el triste conventillo alumbrado a querosén.

Aún me acuerdo: no tenías casi nada que ponerte;
hoy usás ajuar de seda con rositas rococó...
¡Me revienta tu presencia, pagaría por no verte!
Si hasta el nombre te has cambiado como cambiaste de suerte:
ya no sos mi Margarita... ¡ahora te llaman Margot!

Malevaje, DRO. Original de Celedonio Flores (letra) y Carlos Gardel/José Ricardo (música).

*De todos los grupos que alumbró la movida madrileña, uno de los más interesantes fue, sin duda, Malevaje, irrepetible conjunto liderado por el gran Antonio Bartrina que se dedicó a recuperar tangos clásicos que, de otro modo, habrían pasado inadvertidos para las nuevas generaciones.
Margot, de Gardel y Celedonio, devino su mayor éxito.

Nunca he soportado los bailes de salón, y no he usado de ellos más que por puro interés, aferrándome a las curvas de alguna hermosa más solícita de lo habitual. El tango, sin embargo, es diferente. Alguna noche -y no lejana- he de perderme en los arrabales de Buenos Aires para dejarme llevar por el lunfardo. Prometido lo tengo.

Tubolare Zagato*

Posted by : Le poinçonneur | 24 abr 2010 | Published in


*Más información, aquí.

Si os váis

Posted by : Le poinçonneur | 23 abr 2010 | Published in

Los Ronaldos, EMI Music.

Un libro, el mejor amigo (2)*

Posted by : Le poinçonneur | | Published in

*Feliz Sant Jordi.

Los peligros de la licra

Posted by : Le poinçonneur | 22 abr 2010 | Published in


Zona VIP

Posted by : Le poinçonneur | 21 abr 2010 | Published in


Fiel a mi perenne ánimo de entertainer cibernético, no cejo en mi empeño de ofrecer nuevas chuminadas a mis incondicionales con que hacer más amena su estancia en mi gacetilla: a partir de ahora, a la derecha de sus pantallas, disponen de una aplicación que identifica al selecto club de los mayores comentaristas de lo que aquí se publica. Como el chisme en cuestión sólo recoge las últimas 500 opiniones vertidas, tendrá cierta gracia ver cómo suben y bajan los afectados en base a su frecuencia en alzarme a los altares o ponerme a caer de un burro, según su libérrimo parecer.

Ayer, por cierto, este libelo batió su récord histórico de páginas vistas en una sola jornada (177). El número de abonados vía feed también se halla, a fecha de hoy, en su punto más alto hasta el momento (33). Desde aquí, como siempre, gracias a todas y todos por su creciente compañía. Es un auténtico placer.

Jeans

Posted by : Le poinçonneur | | Published in

John F. Kennedy, Jr.

Posted by : Le poinçonneur | 20 abr 2010 | Published in

Habránse preguntado algunos de mis feligreses por el sentido de los artículos que aquí se publican bajo el epígrafe Connaisseurs. Como puede fácilmente comprobarse, las más de las reseñas van dedicadas a hombres legendarios que hicieron de la bragueta su estilo de vida, exponentes de aquel noble oficio antiguamente conocido como playboy. La causa de todo ello es, evidentemente, mi envidia contumaz hacia quienes, tocados por la divinidad, vivieron -o viven- entre sábanas de raso, barreños de caviar y hembras despampanantes. Y es que sí, amigos, yo diera todo por haber pasado mis mejores años saltando de cama en cama de Gstaad a Montecarlo, pero mi humilde casta, mi carisma inexistente y mi nefando físico me condenaron al lugar que en justicia me correspondía: el montón. Dura lex, sed lex.

Merecedor como pocos de panegírico, John Fitzgerald Kennedy, Jr vino al mundo en Washington el 25 de noviembre de 1960, apenas tres meses antes de que su padre se convirtiera en el 35º Presidente de los Estados Unidos. Entre oropeles, John-John vivió sus tres primeros años junto a su hermana Caroline en una Casa Blanca recién redecorada por la etérea Jacqueline, regalando a cada poco al mundo tiernas estampas infantiles en el Rose Garden o bajo el escritorio Resolute del Despacho Oval.

La vida pública -que no política- de la Primera Familia norteamericana discurría en un ambiente de cuento de hadas -de puertas para adentro, la cosa era muy otra, merced a los escarceos presidenciales con Marilyn y otras muchas- cuando el 22 de noviembre de 1963, el magnicidio de Dallas puso fin a la Administración más glamourosa del siglo XX. El pobre Lee Harvey Oswald acabó pagando el pato de una trama sin duda mucho más complicada, provocando, de paso, otra foto histórica: la del pequeño Kennedy saludando marcialmente ante el féretro de su progenitor.

La desconsolada -y aterrorizada- Jackie se trasladó a Nueva York con sus hijos, hallando consuelo -según las malas lenguas- en los brazos de Bob, su cuñado, pronto destinatario de la misma suerte que su infortunado hermano. La exclamación llegó cuando, en 1968, la viuda nacional contrajo matrimonio con el rupestre Onassis en lo que no fue sino un intercambio entre las ansias de lujo y seguridad de una y el deseo de introducirse en la alta sociedad estadounidense del otro. Un lustro después, las facturas de las tarjetas de crédito empezaban a resultar preocupantes hasta para el griego de oro, que, para entonces, ya se había dado cuenta de que su mujer prefería Park Avenue a la inhóspita Skorpios. El proceso de divorcio, inevitable, sólo fue interrumpido por el fallecimiento del magnate en 1975, y la todavía consorte recibió un buen pellizco de la herencia, regresando definitivamente a la Gran Manzana junto a su descendencia. John, ya un adolescente, encaraba una juventud marcada por el dinero, los paparazzi y los gorilas del Servicio Secreto encargados de su protección.

A principios de los ochenta, el príncipe de la Costa Este se licenció en Historia, formación que completó con un doctorado en Leyes unos años más tarde. Tras un período filantrópico dedicado a mantener el legado de la memoria de su padre, acabó convirtiéndose en ayudante del fiscal del distrito de Manhattan después de suspender el examen en dos ocasiones. Como él mismo reconoció sin pudor alguno, no era ningún genio jurídico.

Daba inicio por aquella época el período de esplendor del que, para la revista People, fue considerado en 1988 the sexiest man alive. Despreocupado por su sustento por razones obvias, pasaba largas horas en Central Park practicando todo tipo de deportes y luciendo un físico que era la envidia de la jet mundial. Especial mención merece su selecta lista de amantes, trufada de celebrities como Sarah Jessica Parker, Ashley Richardson e incluso Madonna -el mejor escribano echa un borrón-. Fue, sin embargo, Daryl Hannah su relación más duradera, siempre a punto de un enlace que nunca llegó a producirse.

En 1995, Kennedy fundó George, una revista de actualidad social y política que pasó por los quioscos con más pena que gloria. Tres años más tarde, el divino amagó sentar la cabeza finiquitando definitivamente su idilio con Hannah para contraer matrimonio con Carolyn Bessette, una rubia algo insulsa de la alta sociedad de Boston. La prensa los adoró, aunque la opinión pública nunca acabó de creerse a la nueva pareja.

Así las cosas, el 16 de julio de 1999, John-John despegó del aeropuerto de Essex County con su Piper Saratoga acompañado de su esposa y Lauren, la hermana de ésta. Acababa de obtener la licencia de piloto -afición en la que fue introducido por Alexander, el malogrado hijo de Onassis-, por lo que su experiencia en vuelo era más que magra. Tenía, además, un tobillo renqueante por un reciente accidente deportivo. Aun así, decidió, en medio de la noche, sobrevolar el Atlántico para dirigirse a Martha's Vineyard, una exclusiva isla de Massachussetts donde debían asistir a una boda. Probablemente por la impericia del piloto, la avioneta acabó precipitándose al océano durante la maniobra de descenso, causando la muerte de sus tres ocupantes.

Sin querer, el adonis americano acabó plegándose a la máxima de los viejos rockeros: vivió deprisa, murió joven y dejó un bonito cadáver.

*A Eva. Petición cumplida :)

Belén 2.0 (click en la imagen)

Posted by : Le poinçonneur | 19 abr 2010 | Published in

Hay que joderse*

Posted by : Le poinçonneur | | Published in

*Más -y delirante- información, aquí.

Driving experience like no other*

Posted by : Le poinçonneur | 18 abr 2010 | Published in





*Los afortunados propietarios de un Lotus Elise/Exige tienen a su alcance infinidad de sensaciones placenteras derivadas de la deportividad de sus exclusivas monturas. Más les vale, sin embargo, que, al volante, no les entre una urgencia intestinal: lo más probable es que, cuando consigan bajarse del coche, el daño ya esté hecho. A la evidencia me remito.

A todos, feliz semana.

Canarito (bonus track)*

Posted by : Le poinçonneur | 17 abr 2010 | Published in

José Vélez.

*Advertencia: este gacetillero no aceptará responsabilidad alguna en caso de que, durante el visionado de esta grabación, concurran incidentes como explosión de monitores, caída de lámparas, rotura de cristales, cortocircuitos eléctricos o similares.

Dieu fumeur de havanes

Posted by : Le poinçonneur | 16 abr 2010 | Published in

Serge Gainsbourg y Catherine Deneuve, Universal Music.

Lo que se dice ir de culo

Posted by : Le poinçonneur | 15 abr 2010 | Published in

Mercedes-Benz E63 AMG en el circuito de Brooklands. Lo que suena es un V8 de 6,3 litros y 525 CV.

VÍDEO: DAIMLER-BENZ/PISTONHEADS TV.

Conill a la ràbia

Posted by : Le poinçonneur | | Published in


Llevaba demasiados meses sin engrosar Fogonazos, la sección de este panfleto dedicada al buen yantar. Razones hay muchas; las más, derivadas de una pereza hacia la vitrocerámica que, poco a poco, voy desterrando para volver a lo que siempre fue en mí afición. Para ir abriendo boca -nunca mejor dicho-, avento hoy la receta del conill a la ràbia, una deliciosa variante de conejo frito tradicional de la comarca catalana del Alt Urgell.

Necesitarán (para 4 comensales):

  • 1 conejo de 1 kg y 1/4, aproximadamente.
  • 5 dientes de ajo.
  • 1 vaso de caldo de carne -el de pollo en brik sirve perfectamente-.
  • Manteca de cerdo.
  • All-i-oli.
  • Sal.

Cortamos el conejo en trozos, salamos y dejamos escurrir. Ponemos una cazuela de barro al fuego -si tienen vitrocerámica, servirá con una sartén grande o similar- y derretimos manteca de cerdo hasta cubrir el fondo del recipiente. Cuando esté bien caliente, incorporamos el conejo y vamos removiendo a fuego medio hasta que esté dorado.

Mientras se hace la carne, preparamos el all-i-oli en cantidad generosa. En un mortero, echamos los ajos bien picados con un pellizco de sal, y vamos añadiendo un hilo de aceite hasta que se convierta en una pasta bien ligada -si no logran ligarlo, no se preocupen: hagan lo que puedan y utilícenlo igual, ya que lo más importante es el sabor que el ajo proporciona al plato-. Cuando el conejo esté casi a punto, añadimos el all-i-oli y removemos durante un par de minutos.

En este momento, regamos con el vaso de caldo, bajamos el fuego y dejamos reducir durante unos minutos. Servir bien caliente.

RECETA ORIGINAL: TRADICIONAL/EL PERIÓDICO/LA CUINA COMARCA A COMARCA-GARRIGUES I URGELL (2005).

Elysée

Posted by : Le poinçonneur | 14 abr 2010 | Published in

Salvador

Posted by : Le poinçonneur | 12 abr 2010 | Published in

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha rechazado, por tres votos contra dos, la revisión del proceso que condujo al garrote vil al anarquista catalán Salvador Puig Antich en marzo de 1974, acusado de la muerte del policía Francisco Anguas. Los magistrados basan su decisión en la inexistencia de nuevas pruebas que justifiquen debidamente la reapertura del caso, y en la sujeción a Derecho de la sentencia dictada en su día.

Amén de la barbaridad intrínseca que ya supone la condena a muerte de un ser humano, acentuada en aquel entonces por la necesidad del casposo régimen de dar un escarmiento público tras el bombazo a Carrero Blanco, resulta curioso que se considere acorde a Derecho un juicio celebrado en un estado que no era de tal, al negar a sus ciudadanos el ejercicio de las más elementales libertades cívicas. Sorprende más que, en 2007, se entienda legítimo que un tribunal castrense juzgara a un civil por medio de un consejo de guerra, elemento procesal que debería estar reservado exclusivamente a los miembros del Ejército, dada su excepcionalidad.

Aparecen, por otra parte, nuevos testimonios de facultativos que examinaron el cadáver de Anguas, y que evidencian la ensalada de disparos cruzada entre Puig Antich y diversos miembros de los Cuerpos de Seguridad, lo que hacía más que dudosa la certificación exacta de la autoría del tiro fatal. Es posible que Salvador fuera quien realmente acabó con la vida de Anguas. Sería conveniente esclarecerlo, a la luz de las técnicas disponibles en la actualidad. Pero me niego a admitir que se considere justa la pena de muerte, razón más que suficiente para denostar un juicio que no fue más que un exponente de una época que, para ser definitivamente archivada, debe antes ser escrutada en profundidad.

Le disciple du Gainsbarre
, 19-07-2007.

Viernes 9, 22:00 h*

Posted by : Le poinçonneur | 10 abr 2010 | Published in








*Por razones ajenas a mi voluntad, y dado que, en general, las derechas y yo no nos entendemos -¿lo cogen?-, mi capacidad de tecleo será más que reducida durante los próximos días. Rogando encarecidas disculpas por las posibles interrupciones, les dejo con estos minutos musicales.

Et maintenant

Posted by : Le poinçonneur | 9 abr 2010 | Published in

Gilbert Bécaud, Sony-BMG.

La ensaladilla y el Volkswagen

Posted by : Le poinçonneur | 8 abr 2010 | Published in

Mi tía L., la menor de las hermanas de mi madre, es un encanto de mujer que hace la mejor ensaladilla rusa del mundo. Apura la sesentena en un adosado a las afueras de Murcia y disfruta organizando pantagruélicas comidas familiares con las que podría alimentarse a todo un cuerpo de Ejército.

Cuando era pequeño, pasaba siempre con ella unos días del mes de agosto. Entonces vivía en un pisito del centro -cuarto sin ascensor- repleto de vecinas que me besaban y achuchaban sabedoras de mi vida y milagros desde el mismo día de mi nacimiento. Pasión de tía habladora, se conoce. Por las tardes, repeinado y encoloniado, me llevaba de la mano al Corte Inglés, a un paso de su casa, donde yo insistía en subir y bajar una y otra vez por las escaleras mecánicas. Las dependientas -amigas de mi tía-, a qué decirlo, me reconocían apenas aparecer por la puerta, tan precisa era la descripción que de mí se propagaba.

P., su marido, fue toda su vida panadero hasta que se jubiló hace diez o doce años. Acostumbrado a trabajar de noche y dormir de día, no ha sido capaz de reconducir sus horarios, así que se acuesta a las seis de la mañana y se levanta a la hora de la comida -sólo come una vez cada veinticuatro horas; eso sí, se pone a reventar-. El resto de la jornada la pasa tumbado en el sofá frente a sus dos televisores. Porque mi tío P. tiene la costumbre de ver dos programas al mismo tiempo. Cuando uno de ellos le aburre, se pone una cinta de vídeo porno de las muchas que acumula, todas ellas de los años ochenta. Pues sí que está rumboso todavía, le decía yo a mi tía hace poco por teléfono. Pero sólo de vista, hijo, que de lo otro nada, sentenció la inclemente.

Mi tío, que nunca fue un as del volante, tenía un 127 marrón claro -color mierda, según algunos- con el que jamás pasó de la provincia de Alicante. A los muchos años, lo cambió por un Volkswagen Polo con matrícula de Barcelona que compró a una de sus hijas. Por temor a que se lo rayaran, lo llenó de pegatinas con la leyenda Murcia, ¡qué hermosa eres! El hipotético vandalismo se antojaba imposible, en vista del más que elevado porcentaje de tiempo que el vehículo permanecía inmóvil en el garaje del adosado -tríplex, dicen allí-.

El Volkswagen acabó sus días en un desguace hará cosa de un par de años, cuando mi tía obligó a su esposo a dejar de conducir. Y es que, al parecer, el pobre e inexperto P. sudaba sangre cada vez que, a tres manzanas de su domicilio, se veía envuelto en el marasmo de las terroríficas rotondas de múltiples carriles que pueblan lo que hasta ayer fue apacible huerta. Tres lustros de urbanismo pepero en la zona es lo que tienen.

Camino del Santiago*

Posted by : Le poinçonneur | 7 abr 2010 | Published in


*Razón aquí.

Hacer sangre

Posted by : Le poinçonneur | | Published in

Acuérdese de cuando era niño. ¿Qué se le hacía más cuesta arriba, enfrentarse a un profesor o estar enemistado con un grupo de su colegio? Siempre he pensado que en el comportamiento de una clase, en el reparto infantil de papeles (el chulo, el líder, el raro, la graciosa, la listilla, la engreída o el infeliz), está escrita toda la comedia humana. ¿Qué nos dolía más, que el profesor nos echara una bronca o no ser aceptados por nuestros compañeros? La vida nos enseña que por muy rarunos que seamos necesitamos que nuestros iguales nos quieran. Todos los simios superiores tratan de respetar el equilibrio del grupo hasta que de pronto condenan al ostracismo a un miembro. ¿Por qué? Porque se ha enfrentado a la autoridad, porque es débil, porque ronda a una hembra que no le corresponde. El simio defenestrado sufre. Nuestro comportamiento es mucho más sofisticado, pero no tanto como no afirmar que lo que más nos hace sufrir es que nos den de lado. No hace falta que nos golpeen, con que nos insulten ya acusamos un dolor profundo. El pasado año se publicó un trabajo realizado por un grupo de psiquiatras que estudiaban los efectos del insulto sobre el individuo: las personas que han sido reiteradamente maltratadas verbalmente tardan en recuperarse unos cinco años de las secuelas psicológicas. El insulto machacón de una sola persona nos puede hundir la vida, pero el insulto de un grupo que te señala como su chivo expiatorio provoca una gran desconfianza en la condición humana. De un tiempo a esta parte, los grupos de "odiadores" en las redes sociales se han hecho tremendamente populares. Hay grupos que tienen un marcado sesgo humorístico, pero hay otros que no ocultan su cariz amenazante. Las personas con un oficio público han tenido siempre su capilla de fieles y su batallón de detestadores. El cambio se ha producido por la rapidez y la eficacia con que los odiadores han aprendido a organizarse en grupos que no miden el nivel de acoso al que someten al objeto de su odio. Hace unos días, mi amigo el escritor Eduardo Jordá escribió un artículo a raíz de la muerte de Miguel Delibes . El articulista opinaba que el mundo sobre el que había escrito Delibes había pasado a mejor vida y se preguntaba sobre su posible vigencia. Algo sobre lo que el lector tenía todo el derecho a no estar de acuerdo y, como en tantas ocasiones, podía aliviar sus escozores con una carta al director. Probablemente Jordá no tuvo la astucia de esperar un año a exponer sus dudas, cuando hubiera pasado ese momento tan español en que hay que exaltar las virtudes del finado de manera casi agresiva. Para colmo, creo recordar, dijo que Valladolid era una ciudad triste. Escribió Valladolid, pero se refería a tantas y tantas ciudades de inviernos largos y duros. Para muchos, para mí, por ejemplo, Londres, a pesar de tener una vida cultural fascinante, es una ciudad triste por estar bajo un cielo tozudamente gris, y París, una ciudad que me avasalla, a pesar de ser una de las más hermosas del mundo. Y qué. Qué importancia tiene. Pues la tuvo. A los dos días había en Internet un grupo de detestadores organizados que suma ya los seis mil miembros. Seis mil personas que le dieron al click del odio. Seis mil personas dispuestas a desacreditar a un individuo porque había escrito algo que cualquier adulto puede encajar perfectamente. Hay asesinos, violadores, dictadores, hijos de puta, chorizos, individuos que a diario nos avergüenzan por su ordinariez insoportable en todos los medios, pero no, nosotros reservamos nuestra cepa de odio para un señor que ha herido nuestro orgullo identitario. Durante una semana, Jordá, un hombre de natural bondadoso, recibió correos amenazantes y algún anónimo telefónico. El click del odio es gratis, casero, tan facilón que no nos damos cuenta de la reacción desproporcionada que provocamos. En una democracia es necesario, vital, que la gente pueda llevar la contraria. Si los grupos de presión no nos lo permiten, acabaremos todos callados por no herir a nadie. ¿Qué le habría pasado a don Antonio Machado si fuera hoy cuando escribiera sus célebres versos: "Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora"? ¿Habría surgido un grupo para que se le declarara persona non grata en Castilla y León? Cualquiera entiende el amor hacia la ciudad en la que se ha crecido. Yo amo a Madrid, pero entiendo que haya gente que no soporte vivir en una ciudad que propende al caos y a la mala educación. Incluso encuentro belleza en el barrio en el que crecí, un barrio que jamás visitará ningún turista. La buena literatura ha contado y contará la extrañeza del individuo hacia su propia tierra, y eso es necesario porque nos obliga a mirar el mundo con ojos críticos, evita el adocenamiento. No podemos alimentarnos de absurdos orgullos locales. Bernhard echó pestes de Austria; Coetzee, de Suráfrica; a McCourt le quisieron declarar persona non grata en Limerick; de Faulkner se decía que sólo mostraba el lado vergonzoso del Sur. Pero es que los escritores no son cronistas de las bellezas locales. Delibes, por cierto, escribió con maestría sobre la crudeza castellana. Él, que era un hombre exquisito, no habría entendido que para defenderle hubiera que hacer sangre.

Elvira Lindo, El País, 04-04-2010.

Ciel ouvert

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Padam*

Posted by : Le poinçonneur | 6 abr 2010 | Published in

Benjamin Biolay, Naïve Records-M/M.

*Recientemente, mi colega Juselin reseñaba el último hit del apolíneo exyerno de la glacial Deneuve. Yo, que como casi en todo, también en lo panfletero voy a rebufo de los insignes, no puedo menos que hacerme eco de lo que no es sino una masterpiece. Queden con ella.

Juan y José*

Posted by : Le poinçonneur | 5 abr 2010 | Published in

Juan y José
sentados contra el muro del frontón
hacían planes mientras reponían fuerzas.
Dudaban
entre ir a la escuela o al río a pescar,
cuatro cangrejos para la merienda.
Nadie jamás
vio amigos más unidos que esos dos
que a un tiempo descubrieron
el fuego del licor, el brillo del dinero,
el automóvil, el cine y la mujer.

Tibio era el sol,
ancha la mar
y el mundo aún
por estrenar.

A Juan y a José
se les acabó pronto la niñez
segada con la mies, pisada por los bueyes.
Y mientras José
tomaba los caminos de la mar
el otro le despidió desde el muelle.
Del que se fue
llegaron cartas con olor a ron
cargadas de promesas
que Juan leía mientras ponían la mesa
y releía sin prisa en el café.

Caña dulce,
mamey colorao,
verde la palma,
blanca la garza,
con un ojo abierto, en la charca,
vigila el caimán.

Cómo puedes conformarte, Juan
con un solo cielo si hay toda una América
del otro lado del mar.

José viajó
de las Antillas a la Cruz del Sur,
huaquero en Fundación, buhonero en la Puna,
cafisho
en un quilombo flotante en el Paraná,
con los años llegó a hacer fortuna.
Juan se quedó
trabajando la tierra y se casó
con su novia de siempre.
Después los años discurrieron mansamente...
Frío en invierno y en verano calor.

Tibio era el sol
los días que
llegaban cartas
de José.

Juan y José
volvieron a encontrarse en el frontón
medio siglo después,
y como si tal cosa
Juan preguntó: "¿A cuál le vas... azul o colorao...?",
y respondió el indiano: "Al que vaya a esa moza...
Qué cosas, Juan,
tanto rodar y estamos otra vez
en donde lo dejamos...".
"Pero a ti, Pepe, que te quiten lo bailado...
Y gracias, Pepe, por llevarme a bailar."

Caña dulce,
mamey colorao.
Tú cabalgabas
y yo iba a la grupa
en las largas tardes junto a la estufa
del viejo café.

Con las alas de tus cartas, José,
atravesé todos los cielos de América,
contigo,
¡amigo!

Joan Manuel Serrat, Utopía. Sony-BMG, 1992.

*Mi amigo X -la intimidad ajena, lo primero- fue mi compañero de fatigas en la difícil etapa del tránsito de la adolescencia a la primera juventud. Juntos, compartimos confidencias, abrazos, pasiones -el Barça, las faldas-, atracones de comida basura, borracheras memorables y accidentadas sesiones onanistas frente a filmes porno de tercera categoría -aún hoy, ostenta el dudoso honor de ser el único individuo de mi propio sexo sobre el que he eyaculado-.

Algún aventurado podría llegar a decir que nos quisimos como hermanos. Una tarde, escuchando esta canción del divino Serrat, X y yo nos prometimos amistad de por vida. Como es natural, esa misma vida fue la que, al poco tiempo, acabó llevándonos por caminos contrapuestos.

More Moore

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Dirán que está estirada, botoxeada y hasta recauchutada -ladran, luego cabalgamos-, mas así es como luce Demi Moore en el último número de la edición británica de Elle. Lo que dejó perder Willis -imprudente- lo saborea hoy Kutcher, un tipo simpático que tiene, además, madera de connaisseur.

Vuelvo, como ven. Feliz rentrée.