Margot*

Posted by : Le poinçonneur | 25 abr 2010 | Published in

Desde lejos se te embroca, pelandruna abacanada,
que naciste en la miseria de un cuartucho de arrabal,
pero hay algo que te vende, yo no sé si es la mirada,
la manera de sentarte, de charlar o estar parada,
o ese cuerpo acostumbrado a las pilchas del percal.

Ese cuerpo que hoy te marca los compases tentadores
del canyengue de algún tango en los brazos de algún gil,
mientras triunfa tu silueta y tu traje de colores
entre risas y piropos de muchachos seguidores,
con el humo de los puros y el champán de Armenonvil.

Son macanas: no fue un guapo haragán ni prepotente,
ni un cafishio veterano el que al vicio te largó;
vos rodaste por tu culpa, y no fue inocentemente:
¡berretines de bacana que tenías en la mente
desde el día en que un magnate cajetilla te afiló!

Aún me acuerdo: no tenías casi nada que ponerte;
hoy usás ajuar de seda con rositas rococó...
¡Me revienta tu presencia, pagaría por no verte!
Si hasta el nombre te has cambiado como cambiaste de suerte:
ya no sos mi Margarita... ¡ahora te llaman Margot!

Ahora vas con los otarios a tirarte de bacana
a un lujoso reservado del Petit o del Julien;
y tu vieja, pobre vieja, lava toda la semana
pa' poder llenar la olla con pobreza franciscana
en el triste conventillo alumbrado a querosén.

Aún me acuerdo: no tenías casi nada que ponerte;
hoy usás ajuar de seda con rositas rococó...
¡Me revienta tu presencia, pagaría por no verte!
Si hasta el nombre te has cambiado como cambiaste de suerte:
ya no sos mi Margarita... ¡ahora te llaman Margot!

Malevaje, DRO. Original de Celedonio Flores (letra) y Carlos Gardel/José Ricardo (música).

*De todos los grupos que alumbró la movida madrileña, uno de los más interesantes fue, sin duda, Malevaje, irrepetible conjunto liderado por el gran Antonio Bartrina que se dedicó a recuperar tangos clásicos que, de otro modo, habrían pasado inadvertidos para las nuevas generaciones.
Margot, de Gardel y Celedonio, devino su mayor éxito.

Nunca he soportado los bailes de salón, y no he usado de ellos más que por puro interés, aferrándome a las curvas de alguna hermosa más solícita de lo habitual. El tango, sin embargo, es diferente. Alguna noche -y no lejana- he de perderme en los arrabales de Buenos Aires para dejarme llevar por el lunfardo. Prometido lo tengo.

(4) Comments

  1. Olga Bernad said...

    Ay, aquí sí que me has tocado el corazón;-) Yo tengo Tangos, Margot, Arriba los corazones y Un momentito.
    Los escucho muy a menudo todavía, me encantaron, me encantan, me dan buena suerte.
    Fueron mi manera de acercarme al tango y al lunfardo.
    Geniales.

    25 de abril de 2010, 14:19
  2. Le poinçonneur said...

    No dejes nunca de escucharlos. No lo merecéis ni ellos ni tú.

    MUAKS.

    26 de abril de 2010, 0:20
  3. EvitaBlu said...

    Tengo tanto que escribir aquí que me callo y me voy.

    26 de abril de 2010, 0:57
  4. Le poinçonneur said...

    Da la cara y escribe lo que tengas que escribir :P

    26 de abril de 2010, 1:33