Me enteraré de cómo sale la Luna,
por si nos corresponde hablar.
Estas líneas se hallaban en un libro inexistente de Paul Auster con el que he soñado esta noche, justo antes de despertarme.
He corrido a escribirlas, por si acaso.
Igual soy un poeta que te cagas y nadie me lo ha dicho.
por si nos corresponde hablar.
Estas líneas se hallaban en un libro inexistente de Paul Auster con el que he soñado esta noche, justo antes de despertarme.
He corrido a escribirlas, por si acaso.
Igual soy un poeta que te cagas y nadie me lo ha dicho.
Casi nunca recuerdo mis sueños. Pero hubo una vez que recordé uno y desde entonces no puedo dejar de llamar a Donlad Rumsfeld "dentotirano".
Luego están los sueños en los que vuelo, conduzco un coche de rallys, me enfrento a zombis, destrozo ElCorteInglés y los guarretes. Esos son los que más molan. :)
Bueno, los sueños después de salir de marcha en los que sigo saliendo de marcha también molan.
Bueno, yo sueño cosas rarísimas, y suelo recordarlas. Ha sido hoy, que por lo glamouroso, he decidido transcribirlo :P
Y claro: los guarretes, los mejores, naturalmente...
Lo de quedarse ayrapado una noche en El Corte Inglés... oye, n tienen ningún mérito repetirse menos que Paul Auster.
Por cierto, no encuentro lo del Olympia...
Si no hubieran cerrado el Balada, seguro que lo tenían. Qué gran pérdida para los gafapastas barceloneses.
Respecto a lo de los sueños, mi hit fue una vez que me perseguía Ernesto de Hannover hacha en mano. Como nuestros hígados están más o menos igual, será que me identifico...
Mejor hacha que... vamos a dejarlo.
Anda que no he echado yo horas de Balada, aunque yo siempre le llamé Pelayo 14, hasta cuando cambió de número, juajua.
Mejor hacha que... vamos a dejarlo.
Anda que no he echado yo horas de Balada, aunque yo siempre le llamé Pelayo 14, hasta cuando cambió de número, juajua.
Ups, me repito, perdón. Me daba errores...
Deduzco, Pianista, que habla Vd. de la primera tienda Balada, aquélla que, si no ando errado, estaba donde ahora los cines Lauren, más o menos.
Aquello era tan decadente que parecía que Vincent Price iba a salir de algún sitio en cualquier momento.