Confluían en mis ancestros dos circunstancias determinantes: vivían en la montañosa Andalucía nororiental y eran más pobres que las ratas. Con semejantes mimbres, no es de extrañar que las migas de harina permitieran, en gran medida, que mi estirpe no cayera en la extinción. Al combinar las virtudes de ser de factura baratísima y proveer gran cantidad de calorías con las que hacer frente a los duros inviernos de la comarca de Los Vélez, mis tatarabuelos y sus convecinos fueron puliendo la técnica hasta convertir a las migas en el sustento por excelencia de pastores, jornaleros y demás explotados al servicio del secular sistema caciquil imperante en aquellos páramos.
Tras la emigración a Catalunya, a principios de los sesenta, de la generación encarnada por mi padre y mis tías, en nuestra familia, dada la relativa prosperidad proporcionada por el somni català, las migas fueron pasando de alimento esencial a cuchipanda folclórico-nostálgica en torno a la que, cada vez más espaciadamente, nos reunimos en torno a la mesa común, siempre gracias al esfuerzo de mi septuagenario progenitor.
Para imitarnos, el lector necesitará:
-3 vasos (de los de agua) de harina de trigo.
-3 vasos de agua.
-1 cabeza de ajos.
-1 vasito de aceite de oliva.
-2 pimientos verdes de los largos.
-150 gr de panceta.
-Sal.
En una sartén honda y antiadherente calentaremos el aceite, tras lo que echaremos la cabeza de ajos, separada por dientes -sin pelar-. Freímos, y, una vez hechos, apartamos e incorporamos el pimiento cortado en tiras. Una vez reblandecido, lo quitamos y echamos la panceta -también en tiras-, que rehogaremos hasta que esté bien frita.
Apartamos la panceta. Al aceite que nos queda, le ponemos una cucharada de harina, repartiéndola por la superficie de la sartén. A continuación, incorporamos el agua lentamente y con mucho cuidado: la harina evitará en gran medida que nos salpique al reaccionar con el aceite caliente.
Una vez el agua hierva, echamos el resto de la harina. Salamos al gusto. A partir de este momento, es cuestión de ir removiendo: poco a poco, se irá formando una masa que absorberá el agua. Tendremos que ir amasando y cortando la masa con una espátula hasta que se vayan formando unas bolitas doradas -las migas propiamente dichas-. Hay que tener paciencia, porque hasta que se deslía la masa -como dice mi padre- puede pasar tranquilamente una hora. Todo esto se hará a fuego lento.
Cuando se aprecie que la masa está hecha bolas, reincorporamos los ajos, el pimiento y la panceta, removemos durante 2 ó 3 minutos y servimos bien caliente.
Puede acompañarse con todo tipo de productos: desde uva a chocolate, pasando por sardinas asadas.
Para 2 ó 3 personas.
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Yo sólo he comido las migas extremeñas, hechas con pan, ajo, pimentón de La Vera y chorizo. Ñam. Me dan ganas de volver a cenar.
Habrá que probar a hacer tu receta, que tiene muy buena pinta.
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PS: Por cierto, he visto que me has enlazado. Muchas gracias. Es todo un detalle. Enlazo este blog y el de la gata.
Gracias por el enlace, No a todo :) Auguro fecundas discusiones en estos ciberespacios.
En realidad, las migas llevan chorizo, pero mi mujer no lo soporta, así que he optado por una variedad light. Si quieras probar la versión choricera, simplemente trocea un par de chorizos e incorpóralos al mismo tiempo que la panceta.
Bon appétit.
jajaja, hasta mencionas las migas aquí! qué ricas las de esta semana santa! ummmmmm Quiero un plato migas!(Sonia)
Mi madre las suele hacer cuando llueve, tradición de la zona donde vivíamos cuando yo era pequeño. Así que, es ponerse a llover y te entran ganas de comerte un buen plato de migas.
Pd: Tenía una vecina que hacía una variante con sardinas que era para chuparse los dedos.
Sonia, si mi padre se entera de que he hecho migas por primera vez en mi vida, se pone a llorar de la emoción xD Eso sí, las suyas son inigualables.
Skyzos, las migas con sardinas están exquisitísimas. Lástima de que a mi señora esposa no sólo no le gusten, sino que te amarga la experiencia: qué asco, qué peste, etc, etc.
no soporto ni los chorizos ni las sardinas (quién soy? ....)
Una amargada que no sabe comer.