Son sus fotos el daguerrotipo de una ciudad -la Condal- inquieta, que bullía a pesar de los pesares franquistas. Rosa Regàs, qué buena estás. Teresa Gimpera desnuda y garabateada.
No escatimó, sin embargo, la artista el retrato de la España rural. Viejos, cementerios, fiestas populares. Rara es la imagen en que no exista vida. Un gato, un niño, una gitana. Quizá Colita, como yo, odia las fotos de paisajes, por aburridas.
Carmen Amaya en el Somorrostro, en el set de Los Tarantos. Bajando del avión que la traía de América, a la vuelta de su última gira.
Terenci Moix con un chal de leopardo al cuello.
Antonio Gades y Joan Manuel Serrat: monopolizadores, según Colita, del tirón del auténtico macho.
Respecto al último punto, si Pepa Flores -Tu nombre me sabe a hierba- se decide algún día a escribir sus memorias, lo mismo salimos de dudas.
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