Maestro de maestros, Philippe Junot nació en París el 19 de abril de 1940. De fama legendaria y contrastada en las boîtes de la Ville Lumière, combinaba su dandismo con una labia que le hizo acreedor de los favores de innumerables damas.
A finales de los setenta, una veinteañera y huracanada Carolina de Mónaco, con la excusa de unos estudios en la Sorbonne, se instaló en el apartamento paterno de la Avenue Foch, desde el que, noche tras noche, partía a los locales más chic de la capital en busca de la libertad que mamá Grace le negaba. En una de sus incursiones festivas se cruzó con el maduro Philippe, que, al instante, la cautivó por ser el primer hombre que la trató como una mujer corriente.
El idilio fue instantáneo, y el matrimonio, imprescindible tras la divulgación de unas imágenes de la princesa y el playboy compartiendo yate en paños menores. Según la mitología, cuando Tessa de Baviera, invitada al enlace, acudió a dar la enhorabuena a Rainiero, éste le contestó: no me felicites, mejor dame el pésame.
Tras un par de tormentosos años dedicados a las fiestas y eventos más selectos de Montecarlo, Nueva York o Marbella, pasó lo que tenía que pasar, publicándose unas instantáneas del príncipe consorte en actitud comprometida con la espectacular modelo costarricense Giannina Facio. El divorcio fue inevitable, y, con él, el nacimiento del mito Junot, el crápula que conquistó a la princesa más bella del mundo.
Como diría su colega Julio Iglesias, lo mejor de tu vida, me lo he llevado yo, lo mejor de tu vida, lo he disfrutado yo...
Le disciple du Gainsbarre, 20-02-2008.
Junot, leyenda viva
Posted by : Le poinçonneur | 29 mar 2009 | Published in CIENCIAS SOCIALES, CONNAISSEURS, GRANDES ÉXITOS
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