Tengo pendiente más de un post dedicado a las cadenas de búsqueda que, caprichos del Google, proveen de visitantes -ocasionales o no- a este libelo. Las hay de lo más delirante, tal que, en muchas ocasiones, me lo paso mejor consultándolas que escribiendo: un signo más de mi vagancia congénita.
Hoy, un amable internauta ha entrado aquí buscando una foto de Franco embalsamado. Fiel a la vocación de servicio público de este cuadernillo, no puedo menos que complacer las demandas de mi audiencia y ofrecer lo que no es sino un pedazo de historia. Me perdonarán que, en lugar de colgar la imagen directamente, me limite a indicar un link a la misma, ya que, si grande es mi afán de servir, mayor aún es mi preocupación por la estética -soy, ya saben, medio gay-.
Mientras tanto, y en atención a algún que otro incondicional del Caudillo que por aquí concurre de vez en cuando -que lo sé, pillines-, coloco una mucho más agradecida instantánea de su ídolo en su juventud. De cuando en el Ejército le llamaban Franquito o el Comandantín. Lo de Miss Canarias 1936 aún no había llegado.
Con ella les dejo.
Antes la gente era mucho más elegante.
Uno, grande y libre...eso es lo que eres. Y además tienes humor e ironía. ¿Qué más puedo pedir, a un miserable blog?
Simplemente...sihue.
Un abrazo
la idiota internacional s.l. blogspot
*Pablo, atisbar un solo átomo de dandismo en Franco define a la perfección la enorme generosidad que atesoras. Tienes el cielo ganado de calle xD
*Gracias Marcela. Uno sí soy. Grande, desde luego no, y en cuanto a libre, hago lo que puedo. Mientras tenga lectoras como tú, lo doy todo por bueno.
Besos.
¡Oiga usted, vuelva a mirar esa corbata!
Si ahora va a resultar que el duque de Windsor a su lado era un aprendiz... :P
Ah no, eso no. Con los ingleses ya se sabe.