Ayer murió el señor A., uno de mis profesores de la EGB. Aunque no detallaré aquí su nombre -por respeto a su intimidad y a la de su familia-, sí querría expresar en público mi agradecimiento a alguien sin el que, en cierto modo, no sería quien soy en estos momentos.
Buen viaje, profe. Que le vaya bonito.
Que así sea. Guardo recuerdos tan intensos de algunos de mis profesores de EGB. Gran parte de lo que soy, que no es mucho, es obra suya.
Profesores de otros tiempos, que no tenían miedo a suspenderte o a llamar a tu padre sin peligro de que les rompieran la cara.
A. era un tipo único. Han pasado 20 años y no he dejado de recordarlo.