A pasos agigantados, mi amigo mariquita continúa atajando su camino hacia la felicidad, algo que, las cosas como son, debe en gran parte a quienes le queremos -suele consultarnos colectivamente hasta para escoger cepillo de dientes-.
Si la semana pasada estrenaba felpudo, mi gallego vive, a fecha de hoy, sus primeras horas en compañía de Rupert, el delicioso gatito rubicundo que ven en la imagen adjunta.
Hasta el momento, la convivencia entre el minino y el geek del noroeste discurre por caminos de placidez, una vez he logrado hacer entender al dueño que extreme la precaución: en caso de emergencia, su nuevo compañero de piso carece de botón restart.
¿Alguién quiero un gato de dos meses con poco uso y un kit completo de accesorios de regalo? xD
Haré como que no he leído nada...
Hala, qué majico, yo tuve uno así, se llamaba Paquito.
Era igual, igual, color patata.
Besotes.