La foto arriba expuesta muestra a los llamados padres de la Constitución en 1978, durante el proceso de redacción de la Carta Magna. Tan noble cometido recayó mancomunadamente en los hombros de Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y José Pedro Pérez-Llorca (UCD), Manuel Fraga Iribarne (AP), Miquel Roca i Junyent (CiU), Gregorio Peces-Barba (PSOE), y, finalmente, Jordi Solé Tura (PCE-PSUC).
Hombres, todos ellos, sin duda honorables y dignos de elogio por, en tiempos convulsos, haber puesto punto y seguido a sus diferencias políticas en favor de un consenso que, finalmente, desembocó en nuestra actual norma suprema, ésa que quieren atribuirse los que, en su momento, jamás la habrían apoyado.
Ausente ya Cisneros, hoy se ha ido Solé Tura. Desde aquí, con mi agradecimiento, mi más sincero pésame a su familia y amigos.
*En este enlace puede verse Bucarest, la memòria perduda, documental en que Albert, hijo del político recién fallecido, homenajea a su padre, afectado por el mal de Alzheimer. Aparece también Teresa Eulàlia Calzada, segunda esposa de Solé Tura y profesora mía en la UAB, a quien, cómo no, hago extensivas mis condolencias. Sus clases, excelentes, merecían mejor audiencia que un idiota como yo.
Agradecido te estoy por el enlace al documental. Ayer mismo, me aseguraron que tenía que verlo (me lo perdí) sin excusa.
Jordi era un genuino buen hombre, de esos que tanto escasean. Probablemente por esa razón siempre tuvo enemigos acerrimos a los que él nunca prestó atención. Sus preocupaciones eran más elevadas que el simple rencor.
Hoy, que la constitución es tan recurrida y defenestrada por unos y otros, según les convenga, me doy cuenta de lo brillante y difícil que fue su redacción. Hay un par de personas que me sobran en esa foto. Hay otros dos sin que no sería posible, y uno de ellos es Jordi.
Descansa, te lo has ganado.
Estamos de acuerdo en que no todas las personas de esta foto merecen las simpatías de gente como tú y yo, aunque, de todos modos, les reconozco el esfuerzo de aparecer en ella y no boicotearla.
Hablando en plata: si Aznar hubiera estado en el lugar de Fraga, que baje Dios del cielo a asistirnos.
Solé Tura defendió siempre que una ley votada en referéndum no pudiera recurrirse ante el TC, lo que impediría situaciones como la actual. La plena lógica jurídica y democrática: que un tribunal nunca pueda estar por delante del pueblo en capacidad de decisión.
Vaya a él nuestro homenaje, más que merecido.