- Una unidad de Rajoy.
- Cinco unidades de Zapatero.
- Tres unidades de Aído.
- Diez unidades de catalanes.
- Una pizca de Educación para la Ciudadanía.
- Cuatro unidades de magistrados progresistas del Tribunal Constitucional.
- Ocho unidades de obispos.
- Dos unidades de vascos.
- Unas gotas de terrorismo.
PREPARACIÓN:
En una cazuela con aceite y el fuego bien caliente, eche a Zapatero, convenientemente triturado. Remueva con una cuchara de palo hasta que vaya cogiendo color. Cuando esté bien rojo, añada a los catalanes, previamente machacados en un mortero.
Incorpore a continuación a Aído -pasada por el chino-, y, conforme vaya ligando la masa, introduzca a Rajoy bien rebozado con una mezcla de desprecio, pimienta y salfumán. Suba el fuego a potencia máxima.
Una vez consumido el líquido sobrante, se vierten los magistrados progresistas cortados en juliana y la Educación para la Ciudadanía. Júntelo todo con los vascos y el terrorismo, éstos últimos mezclados al tuntún.
Dejar enfriar, y, posteriormente, decorar con los obispos, que, por su sensible naturaleza, deberán ser manipulados con la mayor de las delicadezas.
Si se notara soso el resultado, sazonar con una cucharada sopera de Soraya (opcional) pasada por el turmix.
Bon appétit.
A mí esta receta seguro que se me indigesta, lleva demasiadas cosas que no me gustan...
A mí me ocurre lo mismo, pero debe ser porque todos los rojeras somos cortos de miras y poco abiertos a las nuevas propuestas de la "haute cousine" :P
Contento de leerla nuevamente por aquí y esperando ansioso esas fotos de su despacho.
Besos.
Ahora que estoy mejorando mi técnica culinaria recuerdo, no sé por qué, aquel grito de mi infancia: Tarancón al Paredón. Menudo aceite de ricino se prepararía con los cretinos que lo gritaban.
Si Tarancón viera en lo que se ha convertido la Conferencia Episcopal, se volvía a morir.
Y eso que él ya estaba curado de espantos...