Vivir fuera de España me ha permitido comprobar que la realidad a través del ordenador llega tremendamente distorsionada, porque lo que más rápido viaja es, sin duda, el griterío. En concreto, el griterío español, tan casposo y agresivo, ha encontrado en el ciberespacio su elemento. El griterío se manifiesta en revistas digitales, pero también en forma de libelo cibernético o de anónimo plagado de insultos. A veces, los insultos se rubrican con el sello de una formación política, lo cual dice mucho de cómo despachan algunos sus diferencias ideológicas. Son cosas muy antiguas, sólo que ahora viajan mucho más deprisa. Palabras como cerda, puta, fascista, progre abortista, pija socialista y qué sé yo, dan idea de la violencia interior que palpita en la mente de algunas personas.
La violencia verbal siempre hiela el corazón de los pacíficos, te hace presentir hasta dónde podrían llegar algunos seres humanos si pudieran. Por eso, hace falta volver, observar tu país no desde la pantalla del ordenador, sino a pie, donde compruebas que hoy, como en los treinta, la gente lo que quiere es vivir en paz.
Elvira Lindo, El País, 18-11-2009.
Estoy de acuerdo con lo que dice Elvira Lindo. Lo que pasa que los padres de la patria-de un lado y otro- agitan al personal en lugar de hablar de eellos hablan siempre del "otro". Un país pesado, pasado en el que siempre hay dos bandos, que son banderias. Yo creo que la ideología es la metástasis del pensamiento. ¿Por cierto yo critico a los que están en el poder, porque en definitiva son los que tienen la capacidad-y la pasta-para cambiar las cosas.
la idiota internacional s.l. blogspot
Bienvenida, Marcela.
Te sobra razón, pero creo que la cosa va para largo: somos un país cainita y no creo que cambiemos de la noche a la mañana. Ni en cien noches, ni en cien mañanas, más exactamente.
Lo que pasa es que Elvira lindo probó a escribir sobre cosas obvias y se el echaron encima.
Estoy completamente de acuerdo en que nadie tiene que pedir perdón por ser comunista -como por ser español, francés, católico o musulmán-, pero hay que tener la amplitud de miras suficiente para condenar los crímenes que se han cometido en favor de la propia ideología o nacionalidad.
Doy la razón, pues, a mi Elvira.
Hace pocos días, dijo Sánchez-Dragó en Buenafuente que ser español cansa. Cansa y mucho, confirmo.
Cansa muchísimo, don Alejandro. Suerte que compatriotas como usted actúan de bálsamo :)