Conforme la cópula va perdiendo interés -son ya tres lustros-, mi mujer y yo nos buscamos entretenimientos con que llenar nuestros escasos momentos de ocio compartido. Uno de los más señeros consiste en bebernos tres combinados y poner a la princesa Letizia de hoja de parra. Ella no la aguanta por peripuesta, amén de un posible carácter más dado al despotismo que a la plática; yo, que voy de jurisconsulto, no cejo en recordarle las tremendas consecuencias constitucionales que, a la larga, pueden conllevar las salidas de tono de la futura Reina. Y así pasamos el rato, la mar de divertidos.
En éstas que mi esposa, sabrosona, se ha traído de su reciente estancia parisina el último número del Point de Vue, que compró junto a otras chucherías en un quiosco de Orly mientras esperaba el embarque del vuelo de vuelta. Por si alguno de mis lectores -imprudente- aún no lo supiera, el Point de Vue es una publicación gala tenida como la Biblia de los royals europeos, goleando en especialización a nuestro patrio ¡Hola!, de efímera singladura -Oh Là!- en el país vecino.
La portada del Point muestra una foto gigante de una altanera Letizia sobre el titular La guerre des infantes, subrayado por una instantánea de Elena y Cristina en segundo plano. En el interior, un jugoso reportaje que detalla los mil y un desencuentros entre la princesa de Asturias y sus cuñadas, tan recurrentes como agradecidos para nuestra prensa cardíaca.
Los supuestos motivos de las rencillas zarzueleras entre las tres damas son accesibles a golpe de Google para cualquier interesado, así que no me detendré en pormenorizarlos. Señalaré de nuevo, sin embargo, mi estupefacción ante el desastroso funcionamiento de una institución que en su día fue -al menos, de puertas para fuera- modélica en cuanto a las formas, y que empezó a declinar quién sabe si irreversiblemente tras el cese de Sabino Fernández Campo como jefe de la Casa del Rey en circunstancias ya expuestas en este cuadernillo.
Lo que fue engranaje perfecto trastabilla hoy ante un Juan Carlos de salud incierta y en aparente retirada, una Sofía que aún se recupera de sus patinazos ante la Urbano y unos herederos relamidos, impopulares, y lastrados por el huracanado ego de la consorte. La situación recordaría demasiado a la de los Windsor en los noventa si no fuera porque allí, la institución anda por encima de discusiones, mientras que, por estos pagos, el tinglado se sustenta en el mero juancarlismo -por esencia, no hereditario-.
Apúntatela, Felipe.
Lo único bueno que trajo la Leti son sus hijas, muy cuquis, podrían aparecer en la propaganda de El Corte Inglés sin desentonar.
Ah, aprovechando la tesitura, ¿qué va a pasar con Doña Elena? Con las tonterías ya debe andar por los 50 años y su cara tipo Fary no ayuda mucho.
La Familia Real: fuente inagotable de conversación.
Pues la verdad es que la niña mayor es mona, pero demasiado repipi para mi gusto. Veremos a ver si llega a reinar -personalmente, no lo creo-.
Y en cuanto a Elena, he ahí el quid de la cuestión: nadie se atreve a abrir el melón de la reforma constitucional que elimine la primacía del varón sobre la mujer en la sucesión a la Corona. Si se hiciera, no podría justificarse de ningún modo que no fuera retroactiva, por lo que Elena debería reinar.
Delicado asunto.
Korito, por querer eliminar un comentario mío erróneo me he cargado el tuyo, mil perdones.
No sería, en cualquier caso, la primera Familia Real a la que se manda al extranjero en un avión.
Aunque lo veo difícil...
Bienvenido, por cierto.
Al ver esta foto y el titular me acordé del cuento de Cenicienta, y me imaginé a las cuñadastras arrancándole el collar, ja, ja.
Saludos, Poinconneur.
(Tres lustros, igual que yo ;)
Yo creo que las de Cenicienta se llevaban mejor que las nuestras xD
Brindo porque esos tres se conviertan en muchos más :)
MUAS.
Te has olvidado de comentar lo CALZONAZOS que es el Príncipe de Asturias
arpía.
(Cf. harpía, del lat. harpyia, y este del gr. ῞Αρπυια).
1. f. Ave fabulosa, con rostro de mujer y cuerpo de ave de rapiña.
2. f. coloq. Persona codiciosa que con arte o maña saca cuanto puede.
3. f. coloq. Mujer aviesa.
4. f. coloq. Mujer muy fea y flaca.
Por cierto, me refiero a ti, no a Letizia. Que por menos secuestran semanarios :P
Qué puedo decir, yo que siento más pavor por una revista del cuore que un medieval por una ducha. Que las reinfantas son monas, sí. Que el príncipe aparenta tener menos personalidad que un sifón. Que la Leti tiene pinta de aviesa (y no afirmo que lo sea, conste). Que hoy ha refrescado y llueve. Que el Barça y el Madrid bailaron a sus rivales en la antigua Copa de Europa. Conversaciones de peluquería...
De pequeño me llevaron a muchas peluquerías, que me fascinaban.
Igual de ahí me viene la cosa :P
Interesante conversación.
No sé como acabará la monarquía española (de momento yo ni entro ni salgo en el tema...) pero a mí me chifla comprar el "Hola" y la "Semana" cuando salen en portada la familia feliz.
Le poin, las niñas tienen que tener un punto repipi SIEMPRE; eso os gusta!
Recepcionista, ¿y qué buen marido no es un poco calzonazos?xD.
Sandra
Una cosa es un puntito y otra un puntazo, carina.
Y "¡Hola!" lleva exclamaciones.
Cópiamelo cien veces para mañana xDD
Hola Sandra - un punto de calzonazos siempre va bien, pero este - el príncipe- se pasa tres pueblos.
BTW, En "la mesa" tenéis de esas revistas? A mi me chiflan!!
besos
LR