Mil veces he reivindicado en estas páginas el papel de los ancianos, esos archivos vivientes de sabiduría y experiencia que en demasiadas ocasiones acaban arrinconados tras ser exprimidos por sus próximos hasta la extenuación. Simplificando mucho -soy consciente-, gran parte de la culpa, sin embargo, la tienen ellos mismos, por no hacerse valer y acceder a comulgar con un sistema que te da la patada en cuanto dejas de ser productivo.
Yo, si llego a viejo, quiero mantener la estupenda virtud de mandar a la mierda a todo aquél que lo merezca. Si llego, espero exprimir la vida hasta el último segundo. Advertido queda quien sea menester.
Y mientras tanto, como testimonio de mi ideal de vejez, disfruten de
El probe Miguel, el
exitazo que los sevillanos Triana Pura llevaron a todos los diales hace ya más de una década, al calor de la irrepetible
Esperanza la del Maera. Hubo, incluso, quien los censuró por hacer, a sus años, el ridículo: cuánto gilipollas.
Feliz y fecunda semana.
Pa criticar siempre hay gente dispuesta. Me parece que les daba exactamente igual;-)
Geniales.
Una lección pura.
Eso si que debe ser la verdadera liberación: decir, en cada momento, lo que te apetece.
Cuídate mucho, o no te cuides, que seguro que vas a llegar igual.
Saludos.
*Olga, Blue, espero que nos veamos a los ochentaymuchos en un karaoke y con un gintonic en la mano. Brindo por ello, y sobre todo, por vosotras.
MUAS.
Pues a mi me gustaban mucho, eran muy "frescos" y daban una vitalidad envidiable.
Pero difiero respecto a los mayores que dicen lo que quieren, yo añadiría que hacen lo que les da la gana y eso, a veces, es un problema de educación, porque rallan en lo impertinente.
Tiene razón MEG en su puntualización: que reivindique su capacidad de decisión no quita que reconozca que muchos "yayos" son, directamente, unos tocacojones.
Lo que es, es, y lo que no es, no es.
Sin entrar en un tema de pura lógica (de hecho, una de mis pelis favoritas es "Dejad paso al mañana", en la que dos ancianos se enfrentan a su hijos por no acabar con sus huesos en una residencia), me ciño únicamente a la música que hacian para decir que el "Probe Migué" es una de las peores canciones que he tenido la desgracia de escuchar. Desparpajo, mucho y gozoso. Pero sin sonido, please...
Es que, Álex, partes de una premisa equivocada: "El pobre Miguel" no es una canción, sino un divertimento. No cabe, por ello, tratar de encuadrarlo en las reglas de la armonía.
Perderías el tiempo.