Frente a un grupo de íntimos que insisten en dejarme por imposible -qué sabrán ellos, imprudentes-, yo siempre he tenido por meridiano que en otra de mis vidas fui delicada princesa renacentista. Y a las pruebas me remito: anoche mismo retomé mi antigua y glamourosa costumbre del vahído, más de dos años después del último episodio.
Ése -o ésa-, amigos, es su poinçonneur. A partir de ahora llámenme Alteza, si no es mucho pedir.
¿Te has mirado a ver si tienes las sangre azul?
Pues no sabría decirte, porque cada vez que prueban a sacármela ocurre algo...
http://lepoinconneur.blogspot.com/2010/05/miedo-las-agujas.html
¿Otra vez por las agujas, Alteza?
Debería usted coser para que se le quitara el miedo.
;-)
Jeje.
Pues no, Blue. Esta vez no hubo agujas de por medio xD
LePoin, ya sabes que tú y tus males siempre habéis sido de gran interés para mi risa, que no es fácil de sacar.
Pero me compadezco de esos episodios, bien seguro inquietantes y preocupantes.
Intenta buscarles una justificación!
Besos
Sandra
Perdón porque me ría, (ahora que se que no es nada) pero la imagen... juas, juas...
Juselin, añade una imagen más a la descrita en el post (si es que no lo has hecho ya...): ¿entraba o salía de la bañera?, es decir, ¿todavía llevaba ropa o salía desnudo? buf.....xD
Sandra
*Juselin, ríete con toda licencia, que la cosa es para eso :)
*Sandrita, llevaba el pijama. No iba a ducharme. Estando frente al lavabo -creo que lavándome las manos- me dio el yuyu, y me agarré a donde pillé. Lo bueno es que fíjate cómo estaría, que pensaba que me estaba agarrando a la pica y resultó que donde estaba despanzurrado era en la bañera. No me preguntes cómo fui de un sitio a otro, porque no tengo respuesta. Ahí fue donde ya me quedé K.O. del todo.