Sueño que te acercas a mí.
Al despertar, sé que no estás aquí.
Un sueño me ayuda a vivir,
un sueño te trae a mí.
Si quiero estar contigo, te tengo que soñar.
O cerrar los ojos, tus labios rojos besan mi piel.
Sueño que estás haciéndome volar.
Al despertar, sólo estoy yo,
y tú, tú no estás.
Un sueño me ayuda a vivir,
un sueño te trae a mí.
Y te tengo que soñar cuando estoy sola y te quiero ver.
Voy hasta tu casa y sé que en sueños te tendré.
Sueño que soy tu única mujer.
Al despertar, estoy tan sola como ayer.
Un sueño me ayuda a vivir,
un sueño te trae a mí.
Sueño, sueño que te conquisto sólo en sueños.
Un sueño me ayuda a vivir,
un sueño te trae a mí.
Bibí Andersen, EMI.
*Es inútil gastar teclado glosando a Bibiana Fernández, una mujer infartadora que, si de mí dependiera, y teniendo yo una chaqueta, no pisaría un charco en su vida. Aún así, fiel a mi perenne vocación de servicio a España -llevo una Letizia dentro- tengo en cuenta a algunos de mis lectores que, por su juventud imprudente, no recordarán aquellos tiempos felices en que Bibí aún no era tertuliana televisiva y se dedicaba a incendiar cabarés con perlas camp tan imprescindibles que este Sueño que hoy les ofrezco y que tienen, desde ya, a tiro de Spotify.
Feliz y onírica semana a todas y todos.
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