Conociéndome
Posted by : Le poinçonneur | 3 feb 2011 | Published in UHF, URBI ET ORBI
Anda mi MEG indignada por el vídeo arriba adjunto, que le ha llegado vía Twitter. Yo, sin embargo, estoy encantado: nada como que te ayuden a conocerte. Fíjate por dónde -voté, ay, al PSOE- me he enterado de que, sin yo saberlo, apoyo el genocidio, la corrupción y la solución final contra los pensionistas enfermos. También, a qué decirlo, estoy por levantar una estatua a Herodes en cada plaza española.
Lo que llega un facineroso como yo a tener dentro sin darse cuenta. Hay que joderse.
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Teniendo en cuenta las coordenadas de las neuronas de los señores que rigen Intereconomía, os recomiendo no os toméis demasiado en serio sus proclamas. Son tan bufas que a buen seguro ellos mismos se parten de la risa con la cantidad de sandeces que lanzan a diario. El vídeo desde luego no tiene desperdicio. Mensaje trasnochado de pura guasa adornado con Ppañuelos palestinos, bigotes, rasta, tatuajes... vamos, gente de mal vivir. Ellos (los intereconómicos) son así de cachondos. Desde que el tufillo de una seguro victorio electoral del PP se convirtió en peste bubónica empezaron a lanzar sus mensajes anti-Rajoy (ese ser demasiado blando) en favor de un retorno de Mr. Ansar cuando no ensalzando a la lideresa, doña Espe. Lo dicho, ellos son así...
A mí, sinceramente, que sean ultrapensadores cavernarios ni me sorprende ni me escandaliza: allá ellos y su conciencia.
Lo que siempre me ha exclamado es el nivel intelectual en el que sitúan a su audiencia. Yo, personalmente, me sentiría insultado, pero en fin, está claro que la "finezza" y la diestra patria ni se conocen ni se han llevado nunca.
Increíble.
Lo de que lo importante no es lo que votan sino lo que piensan es exactamente lo que pienso yo de ellos. Supongo que mucho tampoco piensan, con cuatro clichés les sobra. Por eso me hace polvo la progresía cuando se pone imbécil (y se pone, ya lo creo), porque la alternativa es esto. Madre de Dios.
Ciertamente, Olga, el mayor daño a la izquierda no lo hacen éstos, sino los propios izquierdistas, con su -nuestra- desidia.
Entre todos la matamos y ella sola se murió.