Al contrario que a muchos trapisondistas, y quizá por etnicismo -soy, ya saben, catalán-, a mí siempre me han caído bien los tacaños. Los tacaños, por definición, son puro camp -acuérdense del Mr Scrooge dickensiano-, y todo el mundo sabe que de lo divertido a lo entrañable media un paso fino cual ala de mosca. Me viene, a propósito, a la memoria la técnica de baño de uno de mis tíos: para no gastar agua, se introducía en la bañera -vacía-, con un cubo al lado -lleno de líquido elemento, incluso templado en caso de extrema necesidad- y se iba remojando y aclarando con un cacillo de los de calentar la leche. Eso mismo era -y sigue siendo- él, efectivamente: la leche.
Mi simpatía hacia los cofrades de la Virgen del Puño se incrementa hasta el infinito cuando, pese a su naturaleza, derrochan en uno sus muy abundantes dineros -tanto ahorro ha de llevar a algún sitio-. Que un cicatero invierta en ti no puede sino significar que te tiene en altísima estima, o, al menos, en la suficiente para contravenir sus valores más implementados. Imagínense pues la ilusión que me ha hecho recibir por parte de mi amigo mariquita -más agarrado que un chotis- una deliciosa botella de licor café, de tienda postinera y envuelta más que delicadamente. Mandada, además, como paquete postal -con lo que eso cuesta-, y acompañada de la foto autógrafa arriba adjunta -que quiérase o no, también vale sus buenos céntimos-.
Y es que mi Carlitos, adorable, es como las piñas del Trópico: rugoso y áspero por fuera, pero dulce cual miel de flores en su interior.
En mi casa se te quiere, chaval.
Mil gracias.
Yo aunque no sea catalan también veo con simpatia la tacañeria y la practico de hecho a la menor ocasión. Todo lo que suponga un ahorro me parece acertado. Claro que se trata de ahorrar con conocimiento. Mira, lo de la higiene personal de tu tio lo veo yo con muy buenos ojos aunque yo se de muchos que no entran en el baño siquiera con caldero y cacillo por ahorrar agua; se les puede reconocer por el hedor que desprenden y finalmente lo que se ahorran en agua se lo tienen que gastar en lociones antipiojos.
Que detalle el de tu amigo, toda ponderación es poca.
Tacaño? Un fucking catalán cuenta pesetas me llama tacaño? Precisamente a mi, que no saldré de pobre miserable en la vida por los dispendios que hago en beneficio de todas las personas que amo...
Lo de rugoso y áspero sí que no lo niego. Es uno de mis muchos encantos.
Btw, también soy discreto, y no voy colgandos postales personales en lugares público xD
Un placer. Y basta ya de darnos aceite.
*Ninguno, si yo siguiese tu ejemplo, el de mi tío y el de Carlitos, tendría donde caerme muerto, lo cual ya es un confort más que razonable para el espíritu. En vez, me lo fundo todo como si no hubiera un mañana. Ya me lo encontraré. Acordáos de mí cuando llegue el invierno cigarrero y estéis tan calentitos en vuestra morada hormiguera xD
*Carlitos, yo de tacaño tengo lo que tú de aflamencado.
Y aquí el único aceite es el que tú pierdes xD
MUAS.
Oye, que yo en la familia también tengo la fama (¿merecida?), de tacaña, y no es "pa" tanto la cosa.
Y yo también te regalé una botella de orujo blanco... ¿será que a todos los tacaños nos dá por lo mismo?,jejeje.
Saludos
Sandra
Bueno, madrina, tu tacañería también es legendaria. Pero hay que reconocer que cuando te pones, te portas.
¿Por qué será que todo el mundo me regala alcojol? Empiezo a preocuparme :P
A mí este hombre se me hace conocido. ¿No es el que tenía una página que cerró, y cuyo título era "parrulo"? Yo vi una vez una foto suya y juraría que es él.
Eso de que el mundo es un pañuelo vale para todo, pero en esto de los blogs está elevado a la énesima.
Sí x'D
Ah, pues encantado de saludarte. Por cierto, ya hace unos años que no voy por el Museo de Orsay, y me da algo de envidia. :-)
Vosotros a lo vuestro...xD