- Dos vecinos casi llegan a las manos en plena portería hace unas semanas.
- El del cuarto sigue sin pagar la comunidad: debe ya más de dos mil euros.
- Continúa el misterio de las bolsas de basura que se materializan en los más recónditos confines de la escalera. Últimamente, se prodigan en el armario donde la señora de la limpieza guarda sus enseres de trabajo. El del tercero lleva meses de pesquisas, mas no logra dar con el incívico. Perseverará.
- Se ha llamado la atención a una madre cuyo hijo pequeño tira los pañales cagados al patio de luces. Intentará que no vuelva a suceder.
- Cada lunes por la mañana aparece una meada de perro junto a los buzones. Hay un sospechoso, pero faltan pruebas, lo que enlaza con el primer punto.
- La del bajo se niega a quitar la uralita ilegal que cubre su galería.
Un par de horas después, sentado en el porche de mi casa actual, me tomaba un Bacardi Breezer mientras desgranaba el placer que supone vivir a cuatro vientos.
La caseta i l'hortet, ya lo decía Macià.
Cuánto sabía el president.
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