Como he dicho por aquí en alguna otra ocasión, y en tanto que experto comprador compulsivo, soy perenne
fan de Taschen, esa fábrica alemana de libros que nadie lee, pero que dan un postín que te cagas al salón de cualquier moderno que se precie. En casa hay varios Taschen de la serie gamberra -
Roy Stuart,
The New Erotic Photography,
The Playboy Book- que me divierte dejar a la vista en cualquier estante para escándalo de ciertas visitas -a propósito del asunto, llevo tiempo amagando con dejar lomo arriba en la mesa de centro
The Big Penis Book, pero mi aguafiestera esposa me veta el capricho una y otra vez-.
Ahora, ahondando en la temática, mi editorial de cabecera se descuelga con
Days of the Cougar, la crónica fotográfica de las aventuras sexuales de
Liz Earls, una oronda californiana que, a sus
late forties, perdió cuarenta kilos, le dio puerta a su marido y se decidió a pasar el resto de su vida tirándose a todo aquél que se pusiera por delante, siempre -condición indispensable- que tuviera la mitad de su edad. Desembridada, la
Earls lleva años documentando sus maratones pélvicos en
Fantasy Capture,
web aquí disponible a golpe de clic para mis lectores mayores de edad.
Por si algún imprudente aún no lo supiere, el término
cougar hace referencia a aquella dama de más de 35 años que, como la feliz
Liz, hace de su capa un sayo en lo carnal por la vía huracanada. Es de suponer que en lo sucesivo, con el concurso del sagaz
Herr Taschen, el
cougarismo va en camino, si no de extenderse, sí de divulgarse al menos en lo teórico.
Y yo que me alegro, oigan.
VArios de mis amigos son adictos a la Taschen. Yo sólo tengo libros de ellos de arte (Klimt, supermegalibro de Da Vinci).
Algunos son también adictos a los libros de temática sexual de la Taschen. Y, al menos tres de ellos, tienen el libro de los penes grandes, con esa portada tan chula y sugerente. Déjela encima de la mesa en la comida de navidad y verá qué bien.
Entonces supongo que sabrás que el penelibro en realidad tiene dos portadas, con o sin celofán.
Un amigo mío trabaja en Taschen y hace poco le tocó sacar de marcha a Liz Earls, dice que es todo un personaje pero que al final todos sus hombres se resumen en uno...
No quisiera yo estar en la piel de tu amigo...
Lo que yo no entiendo de Taschen es que saquen libros a 12€ con buen papel y a todo color. Sobre todo cuando hay libros de cátedra en blanco y negro (de arte), con mala impresión y que cuestan 35€.
Bueno, igual es que los traen de China
Tengo varios libros de formato similar comprados en USA que son Made in China, pero sinceramente los Taschen no sé dónde se imprimen.
Luego le echo un vistazo a uno y mañana lo pongo. Palabra :)
Se me había olvidado ponerlo, pero mi Taschen sobre Terry Richardson -"Terryworld"- es Printed in South Korea. Los demás probablemente sigan su ejemplo.
Pues hace diez días estaba yo en la sede de Taschen en España, echando un vistazo a todo su catálogo, y me encontré con el libro que citas. Dado el físico de su protagonista, el gozo del voyeur disminuye según pasa las páginas. La idea de fotografiar sus encuentros sexuales con desconocidos y hacer pasar el resultante como arte es brillante, eso sí.
Coincido con tu análisis de la Earls, pero mira, hay gente pa tó. Será cosa de la democracia...