cuando yo no aliente
silenciosamente llegará hasta ti,
y como el olvido
ya te habrá vencido
le dirás querido
al igual que a mí.
Quién
Quién
borrará mis huellas,
y encendiendo estrellas
en la oscuridad
abrirá balcones,
romperá crespones
y pondrá canciones
en tu soledad.
Quién
Quién
será mi relevo,
quién
te va a convencer.
Quién
volverá de nuevo
a reinar en tu ser.
Quién,
Quién,
cuando yo me ausente
va a cruzar el puente
que mandé cerrar,
y pondrá colores
en tus sinsabores
y te hará olvidar
pronto mi pesar.
Yo tengo el doble de tu edad,
Yo tengo el doble de tu edad,
mas no me importa sucumbir
a ver de cara a la verdad del porvenir.
No vistas luto por mi amor,
pues no me gusta ser cruel,
y sé que nunca ese color
le fue a tu piel.
Quién
Quién
cuando yo me vaya,
llegará a tu playa
un anochecer,
y pondrá su empeño
en velarte el sueño
y lo harás tu dueño
casi sin querer.
Quién
Quién
besará tu pelo
y en tu negro duelo
te pondrá un clavel,
y ya diferente
te verá la gente,
nueva y sonriente
como un cascabel.
Quién
Quién
llega a suplantarme,
quién,
dime, dulce bien,
quién
trata de borrarme,
quién, amor, en tu sien.
Quién,
Quién,
por sustituirme,
y por destruirme
sin contemplación
romperá en pedazos
todos nuestros lazos
y sin compasión
mi propio corazón.
Charles Aznavour, EMI.
*Sólo los imbéciles se creen imprescindibles, que es lección muy bien aprendida por el viejo Charles y quien esto escribe. Fíjense, sin ir más lejos, lo ricamente que han estado todos Vdes. todos estos días en que no he aparecido por aquí.
De vuelta, y a todos: feliz semana.
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