lepoinçonneurdeslilas...

Poco le ha durado el silencio -como toda diva, vive, ay, para el aplauso de su público-. Cliquen en la captura y vean, vean.

*Banda sonora, aquí.

*En este enlace tienen disponible ETA a la ciutat dels sants, el impecable trabajo de Albert Om para TV3 con ocasión del vigésimo aniversario de la barbarie terrorista de Vic.

Desde aquí, mi homenaje a las víctimas, éstas y todas.

VIÑETA: EL ROTO/EL PAÍS.

*Él luce una dama imponente, ella se alegra con un yogurín. Y tienen cara de pasárselo en grande. Ole sus wakas. 

Los de siempre, mientras tanto, en su línea.

FOTO: TWITTER.

¿Por qué los mismos que cuando ETA saca un comunicado anunciando un alto el fuego y la acusan de falaz, mentirosa y torticera, conceden total credibilidad a sus actas cuando resultan comprometedoras para un Gobierno democrático?

*Cadenas de búsqueda de este libelo, viernes 25-03-2011.

*Hoy, efectivamente, es sábado. Cliquen en la imagen y disfruten a mi salud y a la del canalla Vinícius.

Charles Aznavour, EMI.

Los periódicos tienen la costumbre de avanzarse al deceso de los ilustres renqueantes guardando en sus archivos obituarios anticipados que, llegado el momento, sólo han de actualizarse en fecha y un par de fruslerías para que pasen por recién sacados del horno. La cosa, empero, alberga el peligro de que ocurra lo que al New York Times con Liz Taylor: que el que firme lleve muerto varios años.

Parecería mentira si no fuera verdad.

A mí me gusta beber, no voy a negarlo. Me encanta el sabor de un buen vino o de un gintonic en su justo punto.

Por constitución física -1,80, 85 kg-, aguanto mejor el alcohol que la media de mis conocidos -me muevo entre bajitos, afrontémoslo-. Me he dado cuenta de que en los últimos tiempos ello me ha llevado a beber más que antiguamente, por lo que voy procurando -no soy ya ningún niño- ir moderando el consumo de forma paulatina.

Tengo por norma no beber jamás en solitario -excepto alguna cerveza, y muy de tarde en tarde-, y, sobre todo, no combinarlo nunca con el volante.

Soy, como pueden comprobar, un español medio en cuanto al bebercio, tan implantado en nuestra sociedad. No he tenido, hasta ahora, problema alguno sobre este particular, y pretendo seguir por esta vía. Reconozco, eso sí, una cierta hipocresía al respecto -me emborracho festivamente, pero jamás me metería una raya de cocaína. ¿Existe realmente la diferencia?-, hipocresía que, sin duda, pienso mantener.

A propósito de todo esto, les dejo el enlace de Malos tragos, un excelente documental de programa Crónicas de TVE que retrata el drama del alcoholismo, ese abismo del que sólo está libre de caer aquél que jamás toma una sola gota del líquido letal. Los demás -casi todos-, mientras tanto, andamos, quiérase o no, jugando con fuego.

¿Somos conscientes?

Mina, EMI.

*Cada vez que veo este vídeo, me desmayo en 01:57.

Vía uno de mis amigos de Facebook me topo con este link, en el que, si se aburren, podrán consultar las medias nacionales de talla de pene de los países que componen este nuestro orbe. Ya les avanzo que el informe no nos deja como para tirar cohetes -antes al contrario-, y que los franceses -canallas-, no contentos con volcarnos los camiones de naranjas, también amagan con tenerla más larga.

Compatriotas, desconfíen: está claro que la infamia contra nuestro país obedece a una conspiración masónico-izquierdista de la clase política en contubernio con la subversión comunista-terrorista en lo social, que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece.

Dentro de la vulgaridad intrínseca que supone achacar cualquier valor o arrojo a las irradiaciones de la zona genital, el colmo del mal gusto se produce cuando, queriendo alabar a una mujer, se destacan sus huevos frente a tal o cual situación de entidad. Algún apriorista, así, correrá a lisonjear a Ana Pastor aludiendo a sus inexistentes gónadas a propósito de su contumaz tercer grado en TVE a Mahmud Ahmadineyad, el cómico vocacional -memorable su repetido gag sobre la dominación sionista de Europa- que rige los destinos de Irán desde hace ya demasiados años. Yo, descendiendo a lo rupestre -no pidan sofisticación a quien no la conoce-, me voy a unir al piropo diciendo que la Pastor, impecable, actuó ayer con un buen par.

De ovarios, naturalmente.

Por cierto, Ana, me encantó tu fular. Te sentaba de maravilla.

Esta última y reciente ocasión todavía ha dejado secuelas psicológicas en mí, por lo mal que lo pasé. Sólo dos días, ¡pero vaya días!

Mi sistema inmune no fue capaz de vencer a esa especie de “epidemia” que invadió los organismos de media población, por lo menos en el litoral catalán.

Faringitis, bronquitis, otitis, herpes labiales… todo rondaba aquellos días por mi entorno; pacientes, amigos y compañeras de trabajo.

Pero fue el virus gastrointestinal, el que de un modo silencioso, se enganchó a las paredes de mi intestino haciendo que fuese incapaz de digerir ni almacenar nada en él...

Primer día: ¡mareo, naúseas, vómitos, diarrea, febrícula, imposibilidad de mantener la postura erecta!. A media tarde me marcho del trabajo a casa bastante mejor, descanso , y a la mañana siguiente casi como nueva.

Segundo día: Tan perfecta que, siendo el día de Nochevieja, voy a casa de mi suegra y devoro un par de suculentos platos y un super-batido-de-fresa-natural riquísimo.

¡La madre que me parió! Al día siguiente casi muero en el intento...

Tercer día: mareo, dolor de abdomen, naúseas y mucha fiebre. Sólo apta para posición horizontal y ojos cerrados. ¡¿Qué me está pasando?!

Creo que todo el vecindario se enteró de que una chica vivía en el quinto. Mis sollozos en el comedor seguro que inquietaron a la familia de nuestra derecha, mis quejidos y lamentos durante el “intento de cena” seguro que alarmaron a los que cerca del patio de luces se encontraban, mis gritos mirando a la taza del WC seguro que asustaron a más de un curioso...

Y mi pobre marido aguantando el tirón.

Que si quieres esto, que si quieres lo otro, que si te preparo algo...Pero eso sí, incapaz de leer el mercurio del termómetro (sí lo sé, muy tradicionales en mi casa):

-“Vamos a ver, en qué número acaba el líquido?”.

-Después de varias rotaciones de muñeca, “no sé, no lo veo”.

-“Por Dios, gíralo un poco o algo!”.

-Después de achinar un poco más los ojos, “pues yo no lo veo. ¡Míralo tú!”.

¿Por qué le cuesta tanto a la gente leer el termómetro?

¿Por qué unos te aconsejan tomar Coca-Cola sin gas, otros Aquarius, otros Agua de Vichy?...¿En qué quedamos, gas o no gas?

¿Porqué la gente te dice “come sólo lo que te apetezca, no te fuerces”? No te jod..., pues claro que no me voy a forzar, por dos días que no coma no me voy a desnutrir.

¿Porqué una paciente me dijo “tómate una Coca-Cola y patatas de churrería. El médico se lo manda a mis nietos”? ¡Pues será para otra cosa señora! Cómo me voy a meter una bolsa de patatas chips…. Buaaahhh.

Y menos mal que este episodio acabó así. Siguiendo recomendaciones, un par de días algo más débil de lo habitual y vuelta al mundo sano… ¡aleluya!

Para los más cotillas, les revelaré que, de pequeños, nuestras familias amagaron con pactar nuestro futuro matrimonio. Por suerte, mi Sandrita utilizó para bien su legendario seny y acabó con un informático alto, apuesto, con buenas intenciones y de futuro laboral más que contrastado.

Uno de los posts más visitados de este cuadernillo es aquél que dediqué en su día al gran Ferruccio Lamborghini, un dandy del automóvil que me cae infinitamente más simpático que el malcarado Enzo Ferrari y que merece un lugar a la diestra del Padre por haber creado el Miura, la mayor obra de arte jamás salida de la península itálica -chínchate, Leonardo-.

Quítenle hierro a este lunes clicando en el vídeo adjunto y podrán comprobar -cortesía de Guille, de Autoblog en español- que il vecchio Ferruccio -ya septuagenario- cultivaba idéntica elegancia al volante de un tractor que en el backet de un Countach -ambos, concebidos en su negozio-. Verán también al legendario Valentino Balboni -piloto de pruebas de la marca recientemente jubilado- circular por las cercanías de Sant'Agata de un modo que infartaría a Pere Navarro y que, huelga decirlo, ninguno de mis lectores debe tratar de imitar salvo en circuito cerrado.

Y cómo no: feliz semana.

*Banda sonora, aquí.

VÍDEO: CBS.

Interesantísimo resulta el reportaje que El País publica hoy acerca de la más que cuestionable imputación de Ángel Sala -director del Festival de Cinema de Sitges- a raíz de la exhibición de A Serbian film, la cinta de Srdjan Spasojevic en que se muestran escenas de sexo simulado con menores.

En relación a mi cinefilia, tengo un problema insolventable: no soporto el feísmo extremo ni lo abiertamente repulsivo -es superior a mis fuerzas-. A título de ejemplo, lo pasé tan mal con Irreversible que he sido incapaz de volver a verla, y de la saga Saw sólo piqué con la primera -no me busquen en el estreno de las enésimas secuelas-. A Serbian film, por lo que leo, me atrae tanto como echarme arena en los ojos, pero defiendo la libertad de los creadores -¿artísticos?- para narrar lo que crean conveniente -téngase por favor en cuenta que las escenas objeto de debate son, como digo, pura ficción-.

Al margen de mi solidaridad con Sala -que desde aquí le envío-, me temo que, finalmente, la insólita aplicación al caso del artículo 189.7 del Código Penal acabará sirviendo para que un filme mediocre alcance mayor repercusión de la que merecen sus dudosas cualidades. Provoca, que algo queda, que dijo el clásico.

Duran Duran, EMI. Incluida en Panorama para matar, de John Glen (MGM-Danjaq).

A muchos puede extrañarles que, de todas las posibles, y para ilustrar esta breve reseña, escoja una imagen de Florinda Chico enseñando sus rotundos pechos en Cría cuervos. Habrá incluso quienes se exclamen ante una supuesta falta de respeto a la actriz recién fallecida. Con su pan se lo coman.

Y es que pocas intérpretes me han suscitado tanta admiración como la Chico enseñándole las tetas a Ana Torrent desde su cincuentena, desde su físico en nada semejante a Brigitte Bardot, en el filme cumbre de Saura.

Nada tuvo aquello que ver con el barato destape que se atisbaba: sólo hubo, en el gesto, valentía. El arrojo de una cómica que valía su peso -mucho- en oro, y que, tristemente, acaba de dejarnos, como demasiados de sus compañeros de generación.

A Florinda, siempre, mi cariño y mi agradecimiento. Y el de todos Vdes., estoy convencido.

FOTO: ELÍAS QUEREJETA, P.C..

El ganador al cierre del plebiscito será agasajado con un pequeño lote de productos de mi tierra -la gerundense comarca de La Selva-, después de que, por correo electrónico, le solicite en privado su dirección postal para hacerle llegar la obligada recompensa a su amabilidad.

Los más impacientes de mis feligreses habrán notado que llevo unos días sin actualizar esta madriguera, cosa más que extraña viniendo de un pelmazo de post diario. Todo tiene una explicación: en casa, esta semana, andamos de vacaciones.

Les espero, pues, el lunes próximo. Entretanto, lo de siempre: canalleen.

Besos.