Ena

Posted by : Le poinçonneur | 23 abr 2012 | Published in


Como, aunque lego, siempre me ha interesado la Historia de España, siento inclinación hacia la figura de Victoria Eugenia, la que fuera consorte del nefasto Alfonso XIII. Nieta de Victoria de Inglaterra, alta, rubia y sofisticada, de poco sirvieron sus esfuerzos por encajar en un país rupestre que la recibió tirándole bombas desde los balcones. Pronto aprendió, estoica, a aguantar a su omnipresente suegra María Cristina y a mirar hacia otro lado ante los deslices del Rey, de bragueta más que divertida. Nunca pudo, empero, con los toros, al punto de asistir a las corridas de Las Ventas con gafas negras opacas que le impidieran la visión de lo que ella, británica, siempre juzgó gratuita carnicería.

La Reina, como el resto de los Borbones, partió hacia el exilio el 14 de abril de 1931, con la proclamación de la República. La familia real -ésa a la que Ena había traído la lacra de la hemofilia- se disgregó pronto, empezando por el matrimonio de los Reyes. Alfonso murió diez años más tarde, un lustro después del óbito de su hijo mayor, afectado del mal inglés. Gonzalo, el pequeño, también sucumbió a las fatales hemorragias.

Victoria Eugenia se retiró tras la Segunda Guerra Mundial a la Vielle Fontaine de Lausana, donde dedicó sus desvelos a favorecer la improbable candidatura de Juan, su tercer hijo, a la Corona de España. País, por cierto, al que sólo volvió brevemente en 1968 para amadrinar el bautizo de Felipe, hijo de su nieto Juan Carlos. Falleció poco más tarde..

Para los más curiosos, aquí dejo un interesante documental -dividido en varias partes- sobre la Reina antitaurina. No se arrepentirán.

(5) Comments

  1. epistolario segun san alvaro said...

    Interesante comentario sin duda y no conocía la vida de esta Reina, que guapa.

    Me gusta tu blog.

    24 de abril de 2012, 2:41
  2. Le poinçonneur said...

    Interesante, sin duda, la vida de Victoria Eugenia. Demasiado refinamiento el suyo para nuestras costumbres.

    Bienvenido, Álvaro. Estás en tu casa.

    24 de abril de 2012, 14:34
  3. alex said...

    Personaje singular y escasamente tratado en los libros de historia. Lo cierto es que su presencia significó poco o nada en palacio más allá de la influencia que marcó a fuego en sus hijos. Su marido, Alfonso, tarambana sin un mínimo sentido de estado, contribuyó involuntariamente, quiero creer, a su ostracismo...

    25 de abril de 2012, 14:00
  4. koolauleproso said...

    La bragueta "alegre" de los borbones par4ce cosa de la genética. ¿Cazaría también elefantes el abuelo? ¿A qué se debe que nieto y abuelo acabasen casados con mujeres tan sensatas y discretas, que saben sobrellevar con enorme dignidad sus rspectivas cornamentas? Descartada, por razones obvias, la genética en este caso,

    3 de mayo de 2012, 11:11
  5. Le poinçonneur said...

    Uf, aún no había contestado, sorry.

    @Álex: Victoria Eugenia no pasa de ser un exotismo en nuestra Historia. La pobre poco pudo hacer en una época y en un palacio en que la mujer sólo se usaba como coneja y abalorio, preferiblemente en este orden. Lamentable.

    @Koolau: probablemente los cuernos sólo degraden a quien los pone, de ahí las dignidades aparentes de algunas damas...

    5 de mayo de 2012, 10:29