Bragas

Posted by : Le poinçonneur | 8 jun 2009 | Published in


Cuando era pequeño, uno de los primeros elementos eróticos que me descubrió la vida fueron las bragas de mis compañeras de colegio. En aquel entonces, las niñas llevaban falda -los pantalones aún eran cosa de marimachos-, por lo que, al menor descuido, el más mínimo airecillo dejaba a la vista aquel pedazo de tela tan clandestino como magnético. Embobados, mis amigos y yo atisbábamos mientras ellas, azoradas, se componían de nuevo azotándonos con la mirada.

Como además de primitivos, éramos unos sinvergüenzas, pronto se popularizó en los recreos el juego consistente en correr de falda a falda levantándolas a dos manos. No estoy orgulloso de mi comportamiento, hoy seguramente delictivo: nos llevamos muchos bofetones, cientos de insultos, más de un castigo, pero la adicción era más fuerte que nosotros.

Es así que he crecido siendo un enamorado de las bragas. Que yo digo bragas, aun cuando lo políticamente correcto sea decir braguitas. Bragas, bragas. Bragas siempre y hasta el infinito.

Como es natural, odio los tangas. Me parecen obvios, horteras y hasta chabacanos.

Parecido desprecio me provocan los calzoncillos, tan rústicos como sus propietarios.

Con estos mimbres, es de lógica no dejar pasar joyas para connaisseurs como The New Erotic Photography, de Taschen -esos libros que nadie lee y que quedan estupendos en el mueble del salón-. Me hice con él en la FNAC, el pasado jueves, por unos módicos veinte euros.

Unas bragas tendidas al viento sobre un cielo azulado. Y con estampado de florecitas.

Poesía pura.

(9) Comments

  1. desconvencida said...

    Dices bien:"bragas"... estoy en contra de que se les llame "braguitas", que las que las usamos no tenemos 5 años, es como si ahora le diera a todo el mundo por llamar a los gallumbos:"calzoncillitos", ¿sería ridículo,no?

    8 de junio de 2009, 13:14
  2. Pablo Otero said...

    Pues yo eso no lo pongo en la mesa del salón. Al escribir esta última frase me he dado cuenta de que el dato era superfluo.

    8 de junio de 2009, 15:49
  3. Le poinçonneur said...

    *Descon, tú, además de adorable y de escribir como los ángeles, eres una mujer de verdad, por lo que no esperaba menos: en tu boca no caben sandeces como "braguitas". Bravo por ti.

    *Pablo, deduzco que eres de ésos que ponen los libros boca arriba en la mesa de centro a modo de adorno. Piénsatelo: este volumen daría un tono festivo a tu salón difícil de resistir :)

    8 de junio de 2009, 18:42
  4. parrulo said...

    jajajajja... es tan tu este tipo de libros de Taschen... GAFAPASTA! xD

    8 de junio de 2009, 20:49
  5. Le poinçonneur said...

    BOTAAGUA!

    Te echaba de menos, canalla :)

    8 de junio de 2009, 21:05
  6. Capri c'est fini said...

    Braguita es uno de esos eufemismos tipo Ned Flanders que tanto odio... Qué buenos los libros esos de Taschen (arriba el gafapasta). Este en concreto haría las delicias de Bigas Luna...

    Un saludo.

    9 de junio de 2009, 12:00
  7. Le poinçonneur said...

    Muy cierto, Capri.

    Un día haré un post sobre la relación de mis libros guarretes de Taschen. Ya son unos cuantos :)

    Abrazos.

    9 de junio de 2009, 12:20
  8. EvitaBlu said...

    Además a veces encuentras verdaderos joyones muy bien de precio. Mi último Taschen va sobre erotismo en Japón y casualmente habla de la venta de bragas usadas ¡en máquinas expendedoras!

    Hola. Un saludo.

    9 de junio de 2009, 14:09
  9. Le poinçonneur said...

    Hola Eva, bienvenida :)

    Es cierto, se encuentran cosas muy baratas. Una vez leí en un dominical un reportaje sobre la editorial Taschen. Parece ser que gran parte de su filosofía reposa en hacer libros para ser regalados, y no tanto para ser leídos.

    Tu Taschen japonés promete :P

    9 de junio de 2009, 15:30